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El museo está alojado en un edificio del siglo XVII que fue la iglesia del Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo, primer establecimiento de la orden de los Jesuitas en la Nueva España. Poco después de la expulsión de la Compañía de Jesús en 1767, el templo fue desmantelado y tuvo distintos usos. Sus muros atestiguaron la creación de las primeras instituciones de gobierno del México independiente pues aquí se reunieron entre 1822 y 1829, los primeros congresos constituyentes. En este inmueble Agustín de Iturbide juró como primer emperador de México, y en 1824, fue promulgada la primera Constitución Republicana ante la que Guadalupe Victoria prestó juramento como el primer presidente.

Durante más de 400 años, este recinto ha sido testigo de eventos significativos para la memoria histórica del país y de la Universidad. Es un lugar emblemático declarado monumento histórico en 1931, que forma parte del patrimonio nacional que resguarda la UNAM

El 18 de octubre de 1574 iniciaron los cursos en el Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo, el primero fundado por la Compañía de Jesús en el Virreinato de la Nueva España. La construcción de todo el conjunto arquitectónico, incluyendo el templo, finalizó en 1603.

Con la expulsión de la Compañía de Jesús de los territorios españoles en 1767, el recinto de San Pedro y San Pablo pasó a manos del gobierno.

El edificio fue parcialmente desmantelado, varios de sus bienes fueron vendidos o reubicados, y al poco tiempo estuvo totalmente abandonado.

Durante los años posteriores, tuvo diferentes usos: almacén del Monte de Piedad, cuartel militar, y lugar para sepulcros.

En 1821, cuando fue declarada la Independencia de México, el edificio del ex templo de San Pedro fue nombrado propiedad de la Nación, y se convirtió en la sede del Congreso.

El 24 de febrero de 1822 se instaló el Primer Congreso Constituyente, y el 21 de mayo Agustín de Iturbide prestó juramento como Emperador de México, después fue coronado en la Catedral.

El 2° Congreso Constituyente en la historia de México sesionó también en este edificio. Aquí fue redactada y promulgada la primera Constitución que estableció la República Federal (4 de octubre de 1824); y Guadalupe Victoria y Nicolás Bravo tomaron protesta como presidente y vicepresidente respectivamente.

El edificio continuó como sede del Poder Legislativo hasta 1829.

Las actividades legislativas continuaron en el recinto hasta 1829, año en el que los diputados se trasladaron a la nueva sede legislativa en el Palacio Nacional.

El edificio fue abandonado y destinado a diversos usos.

De 1832 a 1850 se reabrió de nuevo al culto religioso.

La antigua iglesia fue utilizada como sala de actos y biblioteca del Colegio de San Gregorio, institución hermana del extinto colegio jesuita.

El acervo de la biblioteca tenía más de cinco mil volúmenes sobre historia, derecho, ciencias, artes y literatura religiosa.

El concepto de esta biblioteca sería retomado casi un siglo después por el arquitecto Alfonso Pallares para la adaptación de la Hemeroteca Nacional.

En medio de la Guerra de Reforma, el Colegio Militar fue trasladado del Castillo de Chapultepec al templo de San Pedro y San Pablo y los anexos del antiguo colegio en la calle de San Ildefonso.

Esta ocupación duró hasta diciembre de 1860, cuando el general liberal victorioso en la Guerra licenció al ejército conservador y cerró el Colegio Militar.

El edificio del ex templo de San Pedro y San Pablo fue abandonado nuevamente como resultado de las leyes liberales reformistas que buscaron la separación de la Iglesia y el Estado.

Durante más de sesenta años el recinto tuvo diversos usos: como escuela, hospital, almacén, cuartel y caballeriza e incluso como café cantante.

Por orden presidencial e iniciativa de José Vasconcelos, Rector de la Universidad, el edificio fue restaurado y decorado con base en la propuesta de un nuevo arte nacionalista, y sería destinado a actividades educativas como anexo de la Escuela Nacional Preparatoria.

Roberto Montenegro, Xavier Guerrero y Jorge Enciso fueron los artistas comisionados por Vasconcelos para decorar del edificio.

Montenegro ayudado por Gabriel Fernández Ledesma y Julio Castellanos, realizó en el presbiterio del antiguo templo el mural “El árbol de la ciencia”, también conocido como “El árbol de la vida”, considerado como la primera obra mural moderna.

El 7 de julio de 1923 fue inaugurada la Sala de conferencias o Discusiones libres como parte del anexo de la Escuela Nacional Preparatoria. Posteriormente se instaló la oficina de la Campaña contra el analfabetismo que dirigió la profesora Eulalia Guzmán.

Una parte del edificio fue utilizada como anexo de la Antigua Academia de San Carlos para la realización de algunos talleres artísticos.

También fue utilizado para actividades teatrales, como área de exposiciones, y para clases de canto coral.

En 1929 con la expedición de la Ley Orgánica de la Universidad Nacional de México, la Sala de Discusiones Libres (ex iglesia de San Pedro y San Pablo) fue integrada al patrimonio universitario.

Fue sede del Departamento de Intercambio Universitario y de los cursos de verano para estudiantes mexicanos.

El 9 de febrero de 1931, el edificio fue declarado monumento histórico por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) por su valor patrimonial y por ser un bien vinculado con la historia de la nación.

El acervo hemerográfico de la antigua Biblioteca Nacional, ubicada en el templo de San Agustín, fue trasladado al templo de San Pedro y San Pablo por iniciativa de José Vasconcelos, debido a las condiciones de deterioro de las publicaciones.

 Para albergar este acervo se hicieron algunas modificaciones al edificio, y el 28 de marzo de 1944 fue inaugurada la Hemeroteca Nacional que funcionó hasta 1979, año en el que se trasladó el acervo a su actual sede en Ciudad Universitaria.

Tras casi veinte años de desocupación, y como parte del proyecto de rescate y renovación del edificio, la Universidad crea el Museo de la Luz a cargo de la Dirección General de Divulgación Científica.

El 10 de agosto fue inaugurado el Museo de las Constituciones por iniciativa de destacados académicos como Emilio O. Rabasa y Jorge Carpizo.

Colaboraron en este proyecto la Suprema Corte de Justicia, el Senado de la República, el Gobierno del Distrito Federal, el Tribunal Electoral del Poder Judicial y la Secretaría de Educación Pública. El nuevo museo tiene como propósito difundir el conocimiento de las Constituciones, su historia y la evolución de los derechos.

Para conmemorar el Centenario de la Constitución de 1917, en agosto de 2016 la UNAM inicia los trabajos de actualización de contenidos y museografía del Museo de las Constituciones.

El nuevo proyecto incluyó la restauración del edificio, la adaptación de sus espacios, así como el diseño y construcción del nuevo mobiliario museográfico.

El Museo reabre sus puertas al público, totalmente renovado, el 1 de mayo de 2017, a cien años de la entrada en vigor de nuestra Carta Magna y del inicio de la presidencia constitucional de Venustiano Carranza.

En noviembre de 2018, la Sexta Bienal Iberoamericana de Diseño realizada en Madrid, otorgó el Premio Diseño de espacios e interiorismo y la mención Diseño para la Cultura, al proyecto museográfico del Museo de las Constituciones.

Por su diseño interior, el Museo de las Constituciones fue ganador del galardón Red Dot Design Award en la categoría de “Diseño de producto”, otorgado por el Design Zentrum con sede en Alemania, destacándose entre más de 5,500 propuestas de 55 países.

El diseño interior estuvo a cargo del estudio mexicano Tuux.

La antigua iglesia jesuita de San Pedro y San Pablo, un edificio del siglo XVII, forma parte del acervo patrimonial de la Universidad Nacional Autónoma de México desde 1929, y en 1931, fue catalogada como monumento histórico por el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Además, debido a su ubicación en el Centro Histórico de la Ciudad de México, desde 1987 pertenece al listado de Patrimonio Cultural de la Humanidad de la UNESCO por su valor arquitectónico, cultural e histórico.

Como patrimonio arquitectónico, el recinto, que terminó de construirse en 1603, destaca por haber sido el primer edificio en la Nueva España con cúpulas de mampostería y cimientos de tezontle. Entre 1921 y 1922 fue decorado con piezas artísticas que constituyen un valioso patrimonio bajo cuidado de la UNAM, está ornamentado con los primeros ejemplos de pintura mural moderna y nacionalista realizados por iniciativa del Rector de la Universidad, y posterior Secretario de Educación Pública, José Vasconcelos.

El arquitecto jesuita Diego López de Arbaiza fue el encargado del proyecto de edificación del templo de San Pedro y San Pablo. Utilizó la técnica de mampostería para la construcción de las primeras cúpulas en la Nueva España, que fueron únicas en su tipo. La planta arquitectónica del edificio está distribuida en forma de cruz latina, con una nave y capillas laterales delimitadas por pilastras; y fue inspirada por la iglesia de Gesú en Roma, primer templo jesuita en Europa.

La fachada ha sido modificada en diferentes momentos, inicialmente, fue de estilo herreriano que se caracterizaba por ser muy sobrio, sin ornamentos y de líneas austeras. Actualmente, la fachada es de estilo neoclásico, aunque todavía conserva elementos con los que contaba en sus orígenes: remates de pilastras, óculos ovales cegados y nichos donde aparecían esculpidas las imágenes de los santos patronos.

Por iniciativa de José Vasconcelos, a partir de 1921 se realizaron trabajos de reconstrucción, restauración y remodelación del edificio con la finalidad de crear un nuevo espacio para la Escuela Nacional Preparatoria incluida una Sala de Discusiones Libres con acceso a toda la población. Esto en respuesta al proyecto educativo que se centraba en la educación popular a través de la extensión universitaria ofreciendo nuevos espacios de aprendizaje para hacer frente al analfabetismo y responder a las necesidades de un país que salía de la guerra civil.

Los trabajos de remodelación incluyeron la nueva decoración del recinto que fue ejecutada por artistas mexicanos comisionados por Vasconcelos y dirigidos por Roberto Montenegro. Sus diseños se inspiraron en el arte popular y varias de las características estéticas de la producción artesanal nacional.

Los artistas que participaron en el proyecto artístico fueron Xavier Guerrero, Jorge Enciso, Enrique Villaseñor, Gabriel Fernández Ledesma, Hermilo Jiménez y Julio Castellanos, quienes querían representar la esencia de lo mexicano y crear un arte nacional. También destacó la participación de Gerardo Murillo (Dr. Atl), aunque ya no se conserva su obra en el recinto.

En 1921, José Vasconcelos encargó dos obras murales, una a Xavier Guerrero y la otra a Roberto Montenegro. También como parte del proyecto artístico integral, se instalaron vitrales diseñados por el mismo Montenegro y Jorge Enciso. Estos tres artistas se encargaron del diseño y los decorados del interior del recinto.

Los detalles en arcos, pilastras, domos y jambas del edificio son una reelaboración de motivos tradicionales del arte popular mexicano, en particular, el de las lacas michoacanas y la cerámica poblana, en los que destacan jarrones tipo talavera, granadas, camelias, loros y venados.

Xavier Guerrero, Roberto Montenegro y Jorge Enciso
Motivos ornamentales, 1922
Temple

Gabriel Fernández Ledesma,
Roberto Montenegro y Jorge Enciso
Guardapolvo de Mosaico vidriado, 1922

Otro elemento decorativo es el guarda polvos o lambrín con mosaicos vidriados diseñados por Fernández Ledesma, Montenegro y Enciso, que cubre parcialmente los muros del edificio con motivos del arte popular y escenas costumbristas, además incluir menciones de Justo Sierra y Benito Juárez.

Esta obra también es conocida como La danza de las horas, fue elaborada por Roberto Montenegro bajo la técnica del fresco y encáustica, y se encuentra en el ábside del ex templo, donde solía estar el retablo principal.  Para su elaboración, el autor contó con la ayuda de Jorge Enciso, Gabriel Fernández Ledesma, Xavier Guerrero, Julio Castellanos y Hermilo Jiménez.

Se trata de una obra mural de carácter decorativo, considerada la precursora del muralismo mexicano del siglo XX. Si bien cuenta con motivos iconográficos estilizados del arte popular, también retoma algunos elementos clásicos y del modernismo.

La copa de árbol ocupa dos terceras partes de la composición, entre sus ramas, que crecen hacia ambos lados, están representados simétricamente algunos elementos de la flora y fauna mexicanas, como armadillos, jaguares, simios y mazorcas. En el centro se lee la frase atribuida a Goethe “Acción supera al destino. Vence”, que Vasconcelos le asignó a Montenegro para la elaboración de esta obra.

En la parte inferior hay dos grupos de mujeres que flanquean a un caballero vestido con una armadura, no puede asegurarse que se trate de musas o virtudes, aunque algunos autores señalan que puede ser una alegoría de las horas del día, de los doce frutos del árbol de la vida o  una referencia a los signos zodiacales.

La imagen actual de los personajes del mural difiere de la propuesta original de Montenegro, inicialmente había un hombre desnudo en alusión a San Sebastián, pero posteriormente fue cubierto con una armadura. Además, el atavío de las mujeres también fue modificado.

La cúpula de la capilla lateral del antiguo templo de San Pedro y San Pablo alberga el mural Los signos del zodiaco, elaborado por Xavier Guerrero en 1921 para decorar la Sala de Discusiones Libres.

En el mural está representada la bóveda celeste con un color azul añil intenso, en ella se distribuyen los signos zodiacales rodeando al sol, cuyos rayos dorados y ondulantes dividen el espacio en cuadrantes. Visualmente, la obra se complementa con la ornamentación de las pechinas de la cúpula que se componen de elementos basados en artesanías jalisciences.

Este mural es un trabajo pionero del muralismo mexicano, su autor se formó en la Escuela de Artes y Oficios, complementando sus estudios con las enseñanzas de su padre, y también con la reproducción de obras europeas para decoraciones en interiores.

Se desconocen los motivos que pueden explicar la integración de la representación del zodiaco en el proyecto artístico del templo, aunque se presume que puede ser una alusión al eterno devenir del universo. Cabe mencionar que no fue la única representación del tema que se realizó bajo el auspicio de Vasconcelos.

Roberto Montenegro (1887-1968)
Realización: 1921
Temple y encausto
15 x 12 m.

Xavier Guerrero (1896-1974)
Realización: 1921
Temple

Montenegro y Enciso colocaron en la escena central del vitral, a un charro y a una china poblana danzando el jarabe tapatío, baile que después de la Revolución, se instituyó como nacional. Músicos y espectadores rodean a los bailarines, en el fondo de la composición hay un edificio que parece ser una iglesia. La escena integra otros elementos de lo mexicano, como los colores patrios y algunos animales y vegetales característicos del país como el maíz, el nopal y un guajolote.

Diseño: Roberto Montenegro
Ejecución: Enrique Villaseñor
Realización: 1921-1922
Emplomado con grisalla
3.47 x 6.84 m.

José Vasconcelos realizó varias giras culturales por el territorio nacional para acercarse al arte popular que definiría su propuesta nacionalista. Roberto Montenegro, el llamado “embajador de  la pintura” por Vasconcelos, tomó como inspiración para este vitral a los vendedores del puerto de Manzanillo que se acercaban a ofrecer sus productos. Montenegro y Javier Ledesma capturaron parte de estas escenas en acuarelas que utilizaron para diseñar el vitral, que fue ejecutado también por Enrique Villaseñor.

Diseño: Roberto Montenegro
Ejecución: Enrique Villaseñor
Realización: 1921-1922
Emplomado con grisalla
3.47 x 6.84 m.

En 1921 Vasconcelos, rector de la Universidad, propuso la creación de un nuevo escudo cuyos elementos representaran no solo a la nación mexicana, sino la “epopeya de los pueblos hermanos del continente” con el cóndor andino y el águila mexicana, además de la cordillera y el mapa de Latinoamérica, todos unidos por el lema “Por mi raza hablará el espíritu”.

El artista Jorge Enciso realizó el diseño y Enrique Villaseñor elaboró el vitral, ambos artistas trabajaron bajo la asesoría de José Vasconcelos quien buscaba sintetizar en el escudo su pensamiento y aspiraciones sobre la unidad cultural latinoamericana. La obra fue colocada en la fachada del recinto, en lo que fuera la ventana del coro. Se trata de la primera representación plástica del nuevo escudo de la Universidad Nacional.

Diseño: Jorge Enciso
Ejecución: Enrique Villaseñor
Realización: 1922 – 1923
Emplomado con grisalla
2.50 x 2.50 m.

El escultor Manuel Centurión elaboró cuatro atlantes estilo Art Decó para el proyecto decorativo del recinto de San Pedro y San Pablo. Estas piezas son una muestra de la producción escultórica de la época en la que predominaba la estética nacionalista y popular que recuperó rastros de las culturas prehispánicas, además de representar las influencias modernistas de principios del siglo XX.

Los atlantes fueron esculpidos en cantera y tienen una altura de tres metros, están seccionados en tres partes: cabeza con batea, torso y extremidades inferiores. El rostro de cada hombre tiene rasgos indígenas, cada uno sostiene una batea decorada con motivos florales, en armonía con la ornamentación de los arcos del recinto. Los torsos de cada escultura están desnudos, y las extremidades inferiores fueron resueltas geométricamente al modo de pilastras de estípites, este tipo de pilastra se caracteriza por la figura de pirámide invertida, recurso formal que dominó la arquitectura novohispana durante buena parte del siglo XVIII y que fue retomado por Centurión.

Manuel Centurión (1883-1948)
Realización: 1921
Tallado en cantera
3.05 x 1.10 m.

El busto de mármol ubicado en el atrio del recinto, fue elaborado por el escultor italiano Antonio Octavio Ponzanelli quien también fue marmolista para el Teatro Nacional, hoy Palacio de Bellas Artes.

Fue un obsequio del gobierno italiano a la Universidad Nacional de México en 1921, con motivo del sexto centenario de la muerte de Dante Alighieri, autor de La Divina Comedia. La escultura está colocada sobre un pedestal de mármol con columnas dóricas, entablamento clásico y motivos florales. La obra exalta los rasgos faciales del poeta, acentuando su expresión emocional, ello da muestra de cierto distanciamiento de los cánones academicistas que predominaban en la época.

Antonio Octavio Ponzanelli (1879-1952)
Realización:1921
Tallado en mármol
.72 x .60 x .35 m.

Para conmemorar el Centenario de la Constitución se tomó la decisión de realizar una actualización integral del Museo. Desde el segundo semestre de 2016 el recinto cerró sus puertas al público y se trabajó intensamente para que la reapertura coincidiera con el día que entró en vigor la Constitución (1° de mayo de 1917).

Concluye una etapa | Paso a lo nuevo (mayo – agosto 2016)

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La restauración | Cuidando el patrimonio (agosto 2016 - febrero 2017)

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Las entrañas de la obra | Cuando se mueve el piso (agosto - diciembre 2016)

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La fachada se recupera | Algo más que pintura (septiembre 2016 - marzo 2017)

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Conectando hacia el futuro | Conexiones para la tecnología (septiembre 2016 - abril 2017)

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La transformación | Nuevo discurso museográfico (octubre 2016 - abril 2017)

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La actualización del Museo de las Constituciones fue posible gracias a la colaboración de cientos de personas, tanto de instituciones públicas como empresas privadas, que participaron con sus conocimientos y quehaceres. Valga esta mención como un reconocimiento.

  • Agradecimientos

Dr. Enrique Graue Wiechers

Mtro. Néstor Martínez Cristo, director general, Lic. María Guadalupe Díaz Silva, directora de información

Dra. Mónica González Contró, abogada general

Oficina

Ing. Leopoldo Silva Gutiérrez, secretario administrativo

Lic. Guadalupe León Villanueva, directora general; Lic. José Luis Reyes Jiménez, director de adquisiciones; Lic. Jaime Morales Esponda, director de normatividad y desarrollo tecnológico; Lic. Israel Sánchez Sáez, coordinador de gestión y seguimiento.

Mtra. Malena Mijares, Directora General de Divulgación de las Humanidades.

Dr. Domingo Alberto Vital Díaz, Mtra. Malena Mijares, Dra. Patricia Galeana, Dra. Mónica González Contró, Dra. Ana Carolina Ibarra González, Dr. Pedro Salazar Ugarte, Dr. Diego Valadés, Dr. Jorge Volpi Escalante, Mtro. José Gamas Torruco.

Oficina

Armando Casas, director; Gina Bechelany, subdirectora de vinculación; Diana Verónica León Montero, subdirectora de producción; Silvana Zuanetti, realizadora; Lizbeth Olvera Villegas, productora; Adán González, Alejandro Orendain, Eduardo Rodríguez, camarógrafos; Edgar Arano, Manuel García, Miguel Martínez, asistentes de cámara; Alberto Flores y Juan Iglesias, iluminación; Gustavo Álvaro, Vicente Flores, Juan Pérez y Alberto Quintana, oficiales de transporte.

Dr. Felipe Bracho Carpizo, director general

Lic. Guadalupe Ferrer Andrade, directora; Lic. Ángel Martínez Juárez, jefe de departamento de catalogación; Nahún Calleros Carriles, banco de imagen.

Mtro. Arturo Valeriano Flores, responsable del campo del conocimiento en tecnología.

Mtro. Ángel Grosso Sandoval, coordinador.

Dra. Rocío Gamiño Ochoa, coordinadora del archivo fotográfico Manuel Toussaint, / Dra. Clara Inés Ramírez González, coordinadora.

Mtra. Ma. de Lourdes Velázquez Pastrana, directora; Ing. Roberto Rodríguez Hernández, subdirector de operación de la red; Ing. Alfredo Hernández, jefe de departamento de operación de la red; Ing. Gregorio Lemus, centro de asistencia técnica de operación de la red; Ing. Alejandro Rentaría e Ing. Zaira Ramírez, red inalámbrica de operación de la red; Ing. Salvador Cárdenas Sánchez, Gustavo Juárez Anguiano, departamento de innovación y desarrollo de la red.

Mtro. Pablo Tamayo Castroparedes, director general; Mtro. Alejandro Fargas Campos, director de administración; Arq. Ma. Inés González González, jefa del departamento de inmuebles históricos.

Mtro. Leonardo Zeevaert Alcántara, director general; Mtro. Julio Valencia Navarro, subdirector de monumentos; Mtro. Antonio Coyoc Campos, director de integración de planeación, proyectos y presupuesto; M. Arq. Xiutezca Garibaldi García, coordinadora de edificios históricos; Arq. Armando Cruz Córdova, superintendente de obra; Ing. Ángel Antonio Ortiz Rodríguez, supervisor de instalaciones; Arq. Eduardo González Soriano, Arq. Gerardo Vargas Martínez, Arq. Alejandro Rosas Martínez, Arq. Xóchitl Pascual Granados, supervisores de obra; Ing. Juan Franco Flores, coordinador del área de instalaciones electromecánicas; Ing. Andrés Benítez Guzmán, Lic. Argenis Iván Infante Torres, Lic. Julio A. Fernández Cruz, supervisores de área de telecomunicaciones; Arq. José Miranda Cruz, Arq. Carlos Alberto León González, Arq. Edna Miranda Ramos, Arq. Alain Miranda Ramos, supervisores; Personal de Talleres Zoquipa.

Dr. Domingo Alberto Vital Díaz, coordinador; Lic. Mireya Tijerina, secretaria particular; Mtro. Antonio Sierra García, secretario técnico; Lic. Amado Ostos Trejo, secretario administrativo; Mtra. Norma Angélica Ocampo Mendoza, secretaria jurídica; Lic. Maritza Pérez Vértiz, abogada auxiliar; Ing. Conrado Reyes Molina, jefe de servicios generales; Lic. James Carrera Díaz, jefe de bienes y suministros; Lic. Rubén Cervantes Cruz, secretario técnico de cómputo y sistemas; Arq. Rubén Ley Hurtado, supervisión de la obra.

Lic. Rosalba Mejía Albarrán, subdirectora; C.P. Enrique Pérez Olivares, delegado administrativo; Mónica Navarro, difusión y promoción cultural; Alejandra Betancourt Castro, servicios educativos; Juan Carlos Camacho Torres, asistente de procesos; Verónica Hidalgo Chacón, asistente ejecutiva; Daniela Whaley y Ezequiel Guido,community manager redes sociales y diseño de imagen de  campañas; Alexis Noel Rodríguez Filio, artista gráfico urbano; Dra. Sandra Rodríguez Altamirano, entrevistadora a ciudadanos; Claudia Sandoval Ortiz y Jorge Esqueda, camarógrafos entrevistas; Gretel Luengas Montiel, productora videos; Javier Aranda Luna, conductor videos; Rebeca Cerda, diseñadora de identidad gráfica y contenidos; Lic. Mariana Rodríguez Gutiérrez y Agustín Rueda Castellanos, investigadores históricos en archivos; Guadalupe Valdés Blásquez, realizadora de materiales didácticos; Irma Maritza Moreno Santillán, diseñadora gráfica editorial; Dr. Luis F. Barrón Córdova, asesor histórico; David Martín del Campo, corrector de estilo y adaptación de lenguaje del guion; José Antonio Mijares, encargado actualización página Web; Mtro. Jesús Rogelio Alcántara Méndez, contenidos Constitución interactiva de la Web; Luis Pineda R., voz de Morelos; Rocío del Valle Betancourt, voz de Hermila Galindo; Marco Antonio Mejía Ramírez, Gloria Florencio Basilio; Bernavé Calderón Vela, Odilón Olguín; Empresa TECOMSEG, S.A de C.V.; Javier Hernández Juárez, Quadrante Plástico, S.A de C.V.; Ing. Juan Carlos Hernández Díaz, Macuilli Ingeniería, S.A. de C.V.

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