Saltar al contenido

Los principios, valores y derechos que contiene la Constitución están presentes en el día a día, forman parte de la vida cotidiana de quienes habitan México. Los derechos y obligaciones establecidos en la Constitución contribuyen a una mejor convivencia social y a la consolidación de una democracia basada en las normas que regulan la vida de las personas en todos los ámbitos de su existencia.

Toda persona cuenta –moral y legalmente– con una serie de derechos humanos. Forman parte de su existencia, no son privilegios que alguien le otorgue ni que le pudiera quitar.

A lo largo de la Historia destacan dos preocupaciones recurrentes en el proceso de reconocer los derechos humanos: delinear los límites del poder político y abrir espacio a la dignidad del hombre.

Los derechos humanos se pueden agrupar en cuatro, por sus características:

  • Universales: todos los hombres poseen derechos humanos.
  • Indivisibles: todos los derechos humanos son igualmente importantes.
  • Interdependientes: los derechos humanos interactúan; lo que sucede en uno impacta en otros.
  • Históricos: los derechos humanos surgen y son impulsados por movimientos y necesidades del hombre en sociedad.

Tanto la Constitución como las leyes, códigos y reglamentos en México reconocen los principios formulados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y otras instancias internacionales.

Cada persona cuenta con una base individual fundada en los siguientes principios:

  • Dignidad. Cada individuo debe ser tratado y respetado como persona, sin restricción o discriminación de ningún tipo.
  • Autonomía. Cada quien tiene plena libertad para informarse y decidir sobre sus planes y proyectos de vida, siempre y cuando no afecte a otros.
  • Inviolabilidad. La integridad y la libertad de cada quien no pueden ser sacrificadas a favor o en beneficio de cualquier causa, persona, grupo o comunidad.
  • Protección. Toda persona tiene derecho a recibir amparo y auxilio cuando lo requiera.

Los derechos del hombre, asimismo, se fundamentan en que cada persona cuenta con distintas estructuras básicas de relación. Estas estructuras se basan en:

  • La pertenencia. Cada individuo tiene derecho a una base social que le permita acceder a bienes, oportunidades y condiciones equitativas para su desarrollo.
  • La identidad. Cada quien tiene derecho a cultivar su propia identidad y sus diferencias frente a los demás, y de aportar su imaginación y capacidades creativas.
  • La asociación. Toda persona tiene derecho a manifestarse, a participar y ser representado en acuerdos comunitarios, grupales o privados, y en la regulación y transformación de las instituciones públicas.
  • La legitimidad. Cada persona tiene derecho pleno para demandar libertades públicas y protección igualitaria frente al gobierno, a cualquier nivel y de cualquier forma.

La vida cotidiana y la trayectoria de vida que todos tenemos, dependen en buena medida del acceso y pleno goce de los derechos y garantías que brinda la Constitución.

Derechos civiles y políticos

Igualdad

Tienen como objetivo que todas las personas, sin distinción alguna, gocen de los derechos y libertades previstas en la Constitución y no sean discriminadas por ningún motivo.

Libertad

Pretenden garantizar la autonomía de las personas y la posibilidad de realizar sin restricciones las actividades protegidas por la Constitución.

Seguridad Jurídica

Son un límite para que las autoridades no actúen de manera abusiva y arbitraria.

Políticos

Dan a sus titulares la posibilidad de participar en la dirección de los asuntos públicos y en la elección de sus representantes.

Derechos económicos, sociales y culturales

Su principal objetivo es garantizar el bienestar de todas las personas en el aspecto económico, laboral, educativo, cultural, de salud y de protección de la familia.

De los pueblos y naciones y de la solidaridad

Están enfocados a proteger los derechos de la población de un país en su conjunto, como sería la autodeterminación, esto es poder organizarse sin injerencias externas o conservar su patrimonio natural o cultural. Contemplan también los derechos de ciertos pueblos al interior de un país a conservar una identidad común, como sería el caso de los pueblos indígenas en México. Se llaman también de solidaridad porque implican los acuerdos de los distintos países para preservar ciertos derechos comunes a todos los pueblos, como un medio ambiente sano y equilibrado.

Declaración Universal de Derechos Humanos

Derechos Humanos | CNDH

La ciudadanía no es más que un mínimo de humanidad compartida. Cuando decimos que alguien es “ciudadano” pensamos en aquel que respeta unos principios mínimos y que genera una confianza básica… Antanas Mockus

Para establecer su humanidad compartida cada quien debe generar confianza en sí mismo y hacia los demás. Una persona armónica, en equilibrio, sólida y sana, es aquella que se muestra tal cual es.

Las personas suelen interpretar distintos roles y papeles según el lugar, la situación y los diferentes interlocutores que enfrentamos. Por ello es importante nuestra perspicacia, para identificar los intereses ajenos y controlar la propia actuación.

Un enfoque ciudadano puede construirse a partir de seis formas de ser… (que cada quien ejerce y combina a su manera).

  • Mostrar tolerancia y respeto para todos, valorar las diferencias.
  • Cultivar una visión netamente ciudadana, sin prejuicios que polaricen o frenen las acciones grupales o comunitarias.
  • Impulsar proyectos grupales, comunitarios o institucionales, sin descalificar la validez de los que propongan o apoyen los demás.
  • Eliminar cualquier forma de discriminación o restricción impuesta a los derechos de las personas.
  • Buscar alternativas y atreverse a solucionar lo aparentemente “imposible”.
  • Reconocer la urgencia de apoyar la solución de las enormes desigualdades, retos y desequilibrios de nuestra realidad.

Ser ciudadano significa respetar los derechos de los demás. La esencia de ser ciudadano, entonces, consiste en pensar en el otro, aunque el ciudadano se define también por su relación ante el Estado.

En ese sentido, el filosofo Jürgen Habermas propone una “ética del discurso” mediante tres principios:

  • Reconocer y equilibrar los intereses de una persona y su prójimo.
  • Dejar en claro los consensos “mínimos” para avanzar en la solución de un conflicto.
  • Asumir las consecuencias y los efectos que las decisiones puedan tener.

Estos tres principios, según Habermas, permiten construir ciudadanía y vivir en sociedad.

Según el filósofo francés Jacques Rancière “la democracia define a la política y no al revés”. Esto implicaría que la verdadera política sólo comienza cuando nacen sujetos políticos que definen el poder de cualquiera.

  • Según Paulo Freire, el analfabeto político tiene una percepción ingenua de la realidad social, que para él o para ella es un hecho dado. Una de las tendencias es huir de la realidad concreta… lo que equivale a una forma de negarla.
  • Hay quienes no reconocen –o permanecen indiferentes– ante los acuerdos de convivencia. Se trata de los apolíticos, los que no participan como ciudadanos, o que se han vuelto anti-políticos.
  • El filósofo francés Jacques Rancière advierte que existen los individuos pre-políticos, que son quienes pueden pasársela muy bien sin democracia. De hecho, así ha sido y así es aún en la mayor parte del mundo –asegura el catedrático–, pues los pre-políticos desmotivan, inhiben, simulan o le tienen miedo a la democracia.
  • No son pocos los que se suman a este juego, otros lo adoptan como si fuese lo “normal”, de modo que muchos se adaptan o se subordinan.